En la mesa
Sigilosamente te acercas, no puedo ver tu cara pero siento
tu intención. Y siento el contacto con tu cuerpo como dos piezas de
rompecabezas, cóncavo y convexo.
Rodeas mi cintura con tus manos mientras
cubres mi cuello con tus besos. Me dejo llevar y tomo tus manos, te guío, las
poso, me embriago. Siento poderosamente tu cuerpo adosado a mi espalda.
Mientras tus fuertes piernas se abren paso entre las mías….suspiro, me encorvo
y dejo caer mi cabeza hacia atrás…girando, lentamente busco tus labios y te
beso profundamente.
Me tomas de mis caderas, flexionas mi pierna…me alteras
toda…completa…plena….me levantas me subes a la mesa, me recuestas y te apoderas
de todos mis sentidos…te dejo…me dejo…nos dejamos.
1 comentario:
El deseo contenido es irrefrenable. Desata pasión irreconocible, lujuria, inclusive expone un ser totalmente distinto al que vemos a diario frente a un espejo y habita en nosotros. Sin embargo hay que ser cauto, pues el cuerpo y el deseo suelen ser traicioneros...
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