martes, 4 de diciembre de 2007

...del porqué del nombre del blog...



La leyenda de Diana y Endimión

Al caer la tarde, Diana subía a su carro lunar y, conduciendo sus plateados corceles, recorría el oscuro cielo. Tras saludar a las estrellas, se solía agachar para observar la tierra, pues durante la noche aparecía más enigmática y encantadora.

Una noche mientras se agachaba a contemplar la Tierra, divisó a lo lejos un bello y joven pastor que yacía dormido. La diosa no pudo resistir la tentación de acercarse para contemplarlo de cerca. Admiró perpleja su belleza y en poco tiempo sintió que su corazón latía con algo más que con admiración. Se agachó entonces y besó los suaves labios del pastor, quien al sentir una suave brisa entreabrió sus ojos y contempló admirado la belleza de su visitante. Aunque la rapidez de la diosa hizo que Endimión creyera haber visto un sueño, pues tan solo estaba la Luna ante él, se encendió una llama en su corazón.

A la siguiente noche, sucedió lo mismo y el amor entre ambos fue creciendo. Pero la diosa Diana había rogado a su padre, Júpiter, que la concediera el permiso de permanecer soltera y virgen. Así que Diana decidió que, para disfrutar de la presencia de su amado eternamente sin faltar a su palabra, debía inducir a Endimión a un sueño eterno. Y así lo hizo, transportándolo a una cueva sagrada en el monte Latmo. Y allí iba todas las noches la diosa para contemplar embelesada el amado semblante y sellar con un beso sus labios inconscientes.

Esta es la historia de Diana, la diosa Luna, y Endimión, el bello pastor


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