domingo, 19 de mayo de 2013

Mirarse...

Era chiquita, tan chiquita que apenas se la veía. Tan chiquita que en cualquier momento desaparecería y nadie lo notaría.
Se sentía sola, ya que solo las personas muy perceptivas la descubrían, teniendo en cuenta que hay muy pocas, pero muy pocas personas con esa capacidad.
Tenía miedo a desaparecer y tomó la decisión de mirarse en un espejo cada  día. Si nadie la notaba, al menos ella lo haría.
Así pasaron los días y, sorprendentemente, al mirarse a si misma día tras día, comenzó a crecer, comenzó a hacerse visible y logró entender que nadie nos ve, nadie nos nota,  hasta que nosotros mismos aprendemos a vernos, a aceptarnos, a querernos.
A partir de ahí comenzamos a existir....a ser.




1 comentario:

Unknown dijo...

Coincido y me gusta la idea del texto. "Nadie nos ve"... es así. No obstante, cuando comenzamos a ser "vistos" se debe tener bien los pies sobre la tierra para no derrapar...