Te busco
Deambulo como ciego a tientas
palpo, rozo,
te pierdo.
Te busco
camino en el desierto interminable
caigo, sudo,
tengo sed.
Te busco
escalo las montañas escarpadas
asciendo, sangro,
me agito.
Te busco
navego los ríos caudalosos
remo, nado ,
me ahogo.
Te busco
recorro las oscuras calles vacias
camino, corro,
me pierdo.
Te busco
alimento mis sentidos
con el sueño de tu voz,
te pienso.
Te busco
y guardo para ti
mis más hermosos besos,
mis deseos más tiernos,
mis abrazos eternos.
Te busco
y en la noche solitaria
sola, incompleta,
triste.
te pregunto:
¿me buscas?
5 comentarios:
que gran pregunta final ¿no? Muchas veces nos la hacemos...
nos la hacemos...rogamos que sea si...soñamos que sea si...
un beso
hermoso poema...pero sabés qué, Diana? llevado a la realidad, a nuestra realidad, deberíamos dejar de pensar tanto, cuando no se recibe nada
sólo sufrimos, yo lo se, y te comprendo
y cómo
un abrazo
a veces es imposible no pensar, especialmente cuando la soledad abruma...pero la esperanza es lo que te sostiene
gracias!!
si...soy Diana
un abrazo
"Te busco
y en la noche solitaria
sola, incompleta,
triste.
te pregunto:
¿me buscas?"
Sí que me lo he preguntado, todas las noches, desde hace tantas de ellas...
Me gustaría dejar de pensarlo, como dice Clau. Al final, el dolor te ahoga sobre todo cuando sabes que al otro lado nadie te espera, nadie te busca...
Encantador texto, me llegó, ufff, ni te imaginas cuanto.
Cariños Diana.
:)
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