sábado, 8 de diciembre de 2007

...quién no lo ha padecido??!!...


"La miré fugazmente. Todos los días sueño que
por fin voy a encontrar a alguien. ¡Si supiera usted cuantas veces he estado enamorado de esa manera!."
(Fiodor Mijailovich Dostoievski)




Historia clínica

"Informó que sufría taquicardia cada vez que lo veía, aunque fuera de lejos.
Declaró que se le secaban las glándulas salivales cuando él la miraba, aunque fuera de refilón.
Admitió una hipersecreción de las glándulas sudoríparas cada vez que él le hablaba, aunque fuera para contestarle el saludo.
Reconoció que padecía graves desequilibrios en la presión sanguínea cuando él la rozaba, aunque fuera por error.
Confesó que por él padecía mareos, que se le nublaba la visión, que se le aflojaban las rodillas. Que en los días no podía parar de decir bobadas y en las noches no conseguía dormir.
-Fue hace mucho tiempo, doctor- dijo -. Yo nunca más sentí nada de eso.
El médico arqueó las cejas:
-¿Nunca más sintió nada de eso?
Y diagnosticó:
-Su caso es grave."


Eduardo Galeano- Bocas del tiempo (2004)









3 comentarios:

Unknown dijo...

Todos lo hemos padecido...
Yo lo padezco...
Conjugué el verbo a medias...

diosa de las ninfas dijo...

yo también lo padezco...y también a medias...¿acaso no es un estado natural que siempre buscamos?

Anónimo dijo...

El caso grave seguramente fue... el dejar de sentirlo. Lamentable es cuando la emoción se acaba. Es tan deseable cuando se siente. Pero cuando deja de ser... No hay como volver a atrás.

El alcance de la fragancia puede muchas veces gustarnos y al reconocerla a la distancia, lo buscamos inconcientemente. Pero una vez a la mala experiencia. O cuando la fragancia es mucha. O cuando... ya lo has sentido por bastante tiempo. El gusto se desvanece y se vuelve áspero, contradictorio. Pica la nariz y casi molesta. Cuando dejas sentir el gusto por la fragancia, sientes que te debes alejar lo más posible de ella.

Es algo así como yo interpreto el descencanto.

Y si quizás, ella lo dejó de sentir por que el había partido. Entonces significa que lo perdió para siempre. Y eso es aún más doloroso.

Atte.

Mari.